Nuestra historia

En Validando, somos una organización dedicada a acompañar a hombres víctimas de abuso. Creamos un espacio seguro de escucha donde cada historia es validada y cada voz encuentra un camino hacia la sanación. Fundada por Fernando Langenauer, Validando nació de una profunda necesidad y convicción, fruto de su experiencia acompañando a jóvenes en un club de fútbol. Allí, Fernando fue testigo de las silenciosas cargas que estos chicos llevaban: secretos no contados, temores no expresados y, sobre todo, una resistencia cultural que les impedía hablar de abuso.
Un episodio clave, una denuncia que llevó a juicio a los abusadores, nos mostró  una realidad dura: la justicia legal, aunque necesaria, no era suficiente para sanar las heridas profundas que deja el abuso. El día de la sentencia, ninguno de los chicos quiso estar presente. Esta ausencia marcó un punto de inflexión para nosotros. Nos dimos cuenta de que el camino hacia la sanación no termina con una condena. La verdadera reparación comienza cuando una víctima puede hablar, ser escuchada y sentirse comprendida. Así, entendimos que la esencia del  acompañamiento debía basarse en la escucha activa, el respeto y la validación de cada experiencia.
Sin embargo, Fernando sabía que no podía hacerlo solo. Comprendió que formar un equipo era esencial, pero no podía tratarse de cualquier equipo. Necesitaba personas con experiencia profesional, sí, pero sobre todo, necesitaba personas que entendieran desde lo más profundo lo que significa el proceso de transformación. Así, a medida que fue convocando a su equipo, se dio cuenta de un denominador común: cada miembro había atravesado alguna situación difícil, un desafío importante en su vida que les había dejado una marca. Eran personas que, por medio de su propia experiencia, habían comprendido que la única forma de transformar el dolor es compartiéndolo, hablando y sintiéndose escuchado. 
Estas personas no solo habían superado sus propios desafíos, sino que llevaban en sí una forma única de acompañar, una forma profundamente humana que nace de la empatía y el entendimiento genuino. Fernando encontró en ellos una claridad y un convencimiento absoluto: solo se puede acompañar verdaderamente desde el lugar humano, desde la autenticidad de quien ha recorrido su propio camino hacia la sanación. Y fue así que, uno a uno, fue encontrando a aquellos que harían de Validando un espacio de transformación. 
Creemos que el poder de sanar está en cada persona, y nuestro rol es acompañar a cada hombre en el camino para que pueda encontrar su voz, contar su historia y, finalmente, transformar su vida.